A PIE POR CASTELLÓ
Cuando hablan las calles
El casco urbano
El casco urbano merece un paseo tranquilo. Recorrer sus calles representa reencontrarse con la trama de la antigua población morisca y recordar el pasado musulmán, el esplendor de la época de los Borja y de la actividad de la alfarería, que llegó a dar nombre al pueblo, y tomar contacto con la amable sencillez de sus gentes.
Al lado del pueblo, monte elevado en medio de un paisaje relativamente plano, se encuentra el paraje emblemático de la Ermita. Los alrededores ofrecen seductoras rutas de naturaleza. La de los Barrancos, muy sencilla, permite pasearse por un paisaje natural salpicado de antiguos cultivos. Y la de la Sierra, primeras estribaciones de esta vertiente del Benicadell, que discurre por un paisaje típico de la cultura mediterránea.
LAS CALLES
A partir del poblamiento musulmán, el barrio que vertebra la calle de l’Ermita, Castelló de Rugat crece después de la conquista cristiana desde la actual plaza de la Iglesia, y de manera más tardía alrededor del Camino Real de Gandía y sus brazos hacia los pueblos vecinos.
Si nos dejamos llevar por el entramado urbano llegaremos a la calle de la Canyeta, que el vecindario ha convertido con afectuoso cuidado y dedicación en un precioso jardín con tiestos de flores cubierto de jazmín.
LA FUENTE MAYOR
Quin doll d’aigua a la font [Qué chorro de agua en la fuente]
ara que és vespre, [ahora que anochece]
i la lluna s’afanya a pujar la carena! [y la luna se apresura a subir la cresta!]
Joan Salvat-Papasseit [Poema sense acabar]
De las faldas del Benicadell y de la sierra Grossa bajan las aguas que alimentan Castelló. La magnífica fuente situada junto al lavador, inaugurada en 1881, da nombre a una de las calles más características.
LAS CALLES
A partir del poblamiento musulmán, el barrio que vertebra la calle de l’Ermita, Castelló de Rugat crece después de la conquista cristiana desde la actual plaza de la Iglesia, y de manera más tardía alrededor del Camino Real de Gandía y sus brazos hacia los pueblos vecinos.
Si nos dejamos llevar por el entramado urbano llegaremos a la calle de la Canyeta, que el vecindario ha convertido con afectuoso cuidado y dedicación en un precioso jardín con tiestos de flores cubierto de jazmín.
LA FUENTE MAYOR
Quin doll d’aigua a la font [Qué chorro de agua en la fuente]
ara que és vespre, [ahora que anochece]
i la lluna s’afanya a pujar la carena! [y la luna se apresura a subir la cresta!]
Joan Salvat-Papasseit [Poema sense acabar]
De las faldas del Benicadell y de la sierra Grossa bajan las aguas que alimentan Castelló. La magnífica fuente situada junto al lavador, inaugurada en 1881, da nombre a una de las calles más características.
El llavador
El lavador de Castelló de Rugat merece ser visitado. Construido en el siglo XIX en un edificio del XVI magníficamente restaurado, en sus paredes nos transportaremos a tiempos ya pasados en los que habitualmente las mujeres se encontraban para lavar la ropa de la familia. Así pues, antiguo espacio central de convivencia, de trabajo y de conversación.
Al lado del lavador, además de la característica torre de la antigua fábrica de alcohol, está la antigua balsa de agua, anterior a 1700. Utilizada todavía para fines agrícolas, es una de las imágenes icónicas del pueblo.
EL HORNO
Magnífico ejemplo de arqueología industrial, se trata del horno más antiguo del pueblo. Testimonio de la enorme importancia que históricamente ha tenido la actividad alfarera, recientemente se ha realizado una intervención para mejorar la conservación de esta construcción del siglo XVIII y su entorno.
LA CISTERNA
En la plazoleta de la calle de l’Ermita se conserva una preciosa cisterna de factura medieval. Construcción típica de la arquitectura islámica, servía para almacenar el agua que bajaba del cerro fuera de la temporada de lluvias.
EL HORNO
Magnífico ejemplo de arqueología industrial, se trata del horno más antiguo del pueblo. Testimonio de la enorme importancia que históricamente ha tenido la actividad alfarera, recientemente se ha realizado una intervención para mejorar la conservación de esta construcción del siglo XVIII y su entorno.
LA CISTERNA
En la plazoleta de la calle de l’Ermita se conserva una preciosa cisterna de factura medieval. Construcción típica de la arquitectura islámica, servía para almacenar el agua que bajaba del cerro fuera de la temporada de lluvias.
La Ermita
Declarado Paraje Natural Municipal, presenta un destacado patrimonio cultural y material. El cerro de Sant Antoni se encuentra relativamente aislado en un paisaje plano, en contacto con el pueblo. Referencia visual de la comarca, des de arriba se observan unas vistas magníficas de la Vall d’Albaida y de la cresta de sierras que forman el Benicadell, las Penyes Altes y la Carrasqueta. La subida por el calvario del pueblo es un paseo delicioso, también de noche, muy practicada por los castellonenses. No dejéis de comprobarlo.
Coronando el cerro, rodeada de una vegetación típica mediterránea, se encuentra la Ermita de Sant Antoni. Es uno de los lugares distintivos y más queridos de Castelló de Rugat, de hecho se celebra la popular fiesta de les Casssoletes el mes de octubre. El edificio de la ermita consta de una sencilla planta rectangular con una única nave y el campanar.
EL CALVARIO Y CALLES MORISCAS
Ermita, Mesón, Calderería, la Creu, Trinquet, plaza del Palau… la toponimia actual que corresponde con el Castelló islámico del pasado. En la calle del Mesón encontraremos rincones y callejones sin salida, restos de antiguos andadores. Las casas, muchas de dos plantas, conservan en ocasiones preciosos patios interiores que nos recuerdan una manera de vivir y de construir aún presente en muchos lugares del mediterráneo. Por la calle de l’Ermita se accede al calvario, mirador privilegiado de paseo obligado.
LA MEZQUITA
Único ejemplo de mezquita de la época musulmana existente en el territorio valenciano, se encuentra en la plaza del Palau en el interior de un edificio municipal. A pesar de las numerosas transformaciones experimentadas, actualmente todavía se conserva la sala de culto central, de planta rectangular de dos naves, con seis bóvedas vaídas cubiertas de ladrillo y detalles de ornamentación de cerámica vidriada en paredes y pilares.
EL PALACIO DE LOS BORJA
Construido en la parte alta del pueblo, en la plaza Palau, como consecuencia de las sucesivas divisiones la mayor parte se ha convertido en viviendas. Levantado por la familia Bellvís en el siglo XIV, los Borja lo mejoraron y lo utilizaron como residencia habitual durante el XVI. Actualmente sólo se mantiene visible una parte de la fachada, así como trazos de la barbacana defensiva y el huerto que rodeaba el palacio.
EL CALVARIO Y CALLES MORISCAS
Ermita, Mesón, Calderería, la Creu, Trinquet, plaza del Palau… la toponimia actual que corresponde con el Castelló islámico del pasado. En la calle del Mesón encontraremos rincones y callejones sin salida, restos de antiguos andadores. Las casas, muchas de dos plantas, conservan en ocasiones preciosos patios interiores que nos recuerdan una manera de vivir y de construir aún presente en muchos lugares del mediterráneo. Por la calle de l’Ermita se accede al calvario, mirador privilegiado de paseo obligado.
LA MEZQUITA
Único ejemplo de mezquita de la época musulmana existente en el territorio valenciano, se encuentra en la plaza del Palau en el interior de un edificio municipal. A pesar de las numerosas transformaciones experimentadas, actualmente todavía se conserva la sala de culto central, de planta rectangular de dos naves, con seis bóvedas vaídas cubiertas de ladrillo y detalles de ornamentación de cerámica vidriada en paredes y pilares.
EL PALACIO DE LOS BORJA
Construido en la parte alta del pueblo, en la plaza Palau, como consecuencia de las sucesivas divisiones la mayor parte se ha convertido en viviendas. Levantado por la familia Bellvís en el siglo XIV, los Borja lo mejoraron y lo utilizaron como residencia habitual durante el XVI. Actualmente sólo se mantiene visible una parte de la fachada, así como trazos de la barbacana defensiva y el huerto que rodeaba el palacio.